En nuestro actual clima político y social, las cuestiones de acceso a la tierra pública se están convirtiendo en un problema muy real para todos los pilotos. A medida que las voces de los ciudadanos interesados y los grupos ambientales han crecido más fuerte en los últimos decenios, el número de senderos a caballo legalmente accesibles en toda América del Norte se ha reducido significativamente. Los no corredores expresar quejas acerca de los impactos ambientales negativos como la erosión y el desplazamiento de las especies dejadas por los motoristas de la suciedad en nuestros paisajes naturales.
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